Descubrir los aceites esenciales por primera vez, ya sea como regalo o por simple curiosidad, marca el inicio de una fascinante travesía en el mundo de estas esencias mágicas. Este primer encuentro suele generar preguntas sin respuestas sencillas, ya que los aceites esenciales, siendo un universo de posibilidades, no siempre tienen información completamente precisa en internet. A pesar de ser naturales, su complejidad requiere precaución y responsabilidad en su uso.
Abordemos las inquietudes iniciales: ¿Cómo utilizar los aceites esenciales si te los han regalado con un propósito específico? En la mayoría de los casos, recibimos estos regalos con la intención de abordar cuestiones emocionales, y para ello, la aromaterapia se presenta como una herramienta valiosa. En un contexto donde estamos acostumbrados a recurrir a píldoras, a veces pasamos por alto que una solución efectiva puede encontrarse en un simple momento relajante, acompañado de un aroma que brinde paz, alivio y relajación, e incluso facilite el sueño. Un difusor puede ser una excelente opción si lo tienes en casa, o también puedes emplear trucos simples con artículos de uso cotidiano.
Para crear un spray casero, basta con añadir unas 30 gotas del aceite esencial de tu elección y un chorrito de alcohol en una botella de agua. Agítalo bien y úsalo para aromatizar diversos ambientes, como la ropa de cama, sábanas, almohadas y cojines del sillón.
Si buscas un alivio puntual, ya sea para el dolor o algún malestar físico, nada supera la eficacia de un masaje relajante con aceites esenciales. Te recomendamos diluir 1-2 gotas del aceite esencial en una cucharadita de aceite de oliva, jojoba, coco o el de tu preferencia, siempre que sea natural y de origen vegetal.
Es ampliamente reconocido que los aceites esenciales pueden contribuir al tratamiento de problemas emocionales y físicos, aunque este tema será abordado en otro capítulo de este blog.
Finalmente, es esencial recordar que siempre debes utilizar los aceites esenciales diluidos. En aromaterapia, se diluyen en agua, y en masajes, en un aceite vegetal. La aplicación directa sobre la piel, al ser puros, puede ser demasiado potente y provocar desde irritaciones leves hasta quemaduras severas. Evita su uso en zonas sensibles de la piel y realiza una prueba de sensibilidad si eres alérgico o tienes piel delicada.